El Big Data es el almacenamiento de grandes volúmenes de datos que son procesados y gestionados para que vuelvan a ser accesibles y útiles para profesionales.
Habitualmente, los hospitales cuentan con mucha información, datos clínicos, estructurados o no, que generalmente son en papel, difíciles de almacenar e imposibles de recuperar.
El Big Data se presenta como una forma de organizar, gestionar y utilizar esa información de la manera más ventajosa y efectiva para profesionales médicos y pacientes, de forma que se pueda recuperar un caso y utilizarlo como fuente de información para otro similar. Se trata de organizar la información pudiendo integrar los datos con los que los hospitales ya cuentan.
Las principales ventajas de la implantación del Big Data en la sanidad
Los profesionales sanitarios tienen claros los beneficios de la digitalización de documentos clínicos y del almacenamiento masivo de datos. Acciones que están permitiendo ahorrar costes. Según un estudio realizado en el año 2011 por Kinsey Global Institute, el Big Data podría suponer hasta un ahorro de 250.000 euros en los sistemas de salud públicos. Sin embargo, sus ventajas van más allá. Este proceso está permitiendo la monitorización de la información de los pacientes mediante dispositivos y sensores, aportando datos como sus niveles de glucosa o ritmo cardíaco, y permitiendo así un seguimiento exhaustivo.
Otro informe, Big Data in digital Health, revela que la aplicación de este sistema puede suponer un ahorro importante gracias a la mejora en la atención sanitaria y la reducción de ineficiencias administrativas y clínicas. Lo que implica, en definitiva, una mejora global en todos los aspectos relacionados con la atención, el diagnóstico, la logística y la gestión del material sanitario.
¿Cuáles son los inconvenientes del Big data?
El miedo y la desconfianza son los mayores problemas a los que se enfrenta. No existe un inconveniente más allá del desconocimiento ante una nueva forma de gestionar y afrontar la documentación clínica.
Actualmente se está utilizando el Big Data en el sistema sanitario de manera positiva para pacientes y profesionales médicos, sin embargo, siempre cabe la duda de si la información puede ser vendida a otras entidades. Este miedo se sustenta en una realidad, vivimos en una era donde los datos se han convertido en un producto más por el que las empresas están dispuestas a pagar, ya que es la mejor forma de conocer y llegar a los usuarios. Sin embargo, el sector sanitario no utiliza estos datos para venderlos a otras organizaciones, sino que se sirve de esta información por el bien de los pacientes.
Otro de los aspectos que más preocupan es la privacidad. ¿Cómo puede un paciente controlar la información que se obtiene de él y hasta que punto es confidencial?
Debemos tener claro que todos estos datos son valiosos en el momento que se pueden interpretar. Por lo tanto, cobran su verdadera importancia cuando los expertos pueden comparar datos, generar estadísticas y utilizarlos como modelos.
un ejemplo
Una sencilla muestra de cómo el Big Data se instalaría en nuestro día a día: acudes al hospital con una dolencia y tu doctor introduce los síntomas en un dispositivo conectado, que compara estos datos con otros. En pocos segundos ya tiene su veredicto, cotejado con miles de casos similares y corroborado por centenares de especialistas.
Esto es solo una pequeña parte de lo que el Big Data puede proporcionar, podría arrojar información que permita diagnósticos eficaces en menos tiempo, podría prevenir enfermedades, incluso anticiparse a una pandemia y sería especialmente útil a la hora de diagnosticar enfermedades poco frecuentes.
¿Por qué es eficaz el Big Data?
Porque tiene la capacidad de cruzar la información de todos los pacientes, consiguiendo resultados de mayor tamaño que lo que una persona puede alcanzar. Esta información debe ser interpretada y puede ayudar a analizar a cada persona mucho más rápido de lo que su médico puede.
Perspectivas de futuro
Este nuevo sistema puede suponer un gran cambio en las investigaciones futuras que se realicen y, con una correcta distribución del presupuesto, ayudará a organizar internamente el sistema sanitario. Además, el almacenamiento masivo de información podrá reducir costes gracias a dispositivos conectados, wearables u otros sistemas de monitorización del paciente, que recojan todo tipo de datos útiles para su salud.
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