Un violín y un clarinete hicieron reaccionar a una paciente que lleva tres semanas en coma. Lo consiguieron dos músicas voluntarias de la iniciativa solidaria ‘Músicos por la Salud’ en el Hospital Clínico de Valencia. Este, por supuesto, es un caso aislado, no la norma, pero es un ejemplo más del poder del contacto personal y de la música en directo sobre nuestro cuerpo.
Músicos por la Salud, realiza microconciertos participativos de 20 minutos a diario en casi una veintena de hospitales y está extendiendo rápidamente su actividad gracias al éxito y eficacia de su planteamiento. Su última prueba piloto en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias ha recibido una valoración de 9,6 sobre 10 por parte del personal sanitario.
Conocemos más de esta preciosa iniciativa gracias a Ana Caplliure, colaboradora de ‘Músicos por la Salud’.
¿Qué papel puede desempeñar la música en la recuperación de un paciente?
Para nosotros fue un absoluto hallazgo, porque el proyecto buscaba en un principio amenizar la estancia de los pacientes, pero, desde los primeros microconciertos, los propios profesionales se sorprendieron de los resultados en los pacientes. El personal sanitario ha constatado que la iniciativa de Músicos por la Salud ayuda a reducir la sedación en la UCI o el dolor neuropático en las unidades de quimioterapia y hemodiálisis. Además, fomenta la comunicación entre los pacientes y entre el personal que los atiende.
Lo que está claro es que la música y la relación con el músico, sin duda, evade al enfermo de sus problemas de salud y fomenta la cohesión e integración social.
¿Cómo surge la iniciativa ‘Músicos por la Salud’?
La entidad impulsora es la Fundación Social District, cuyo objetivo es la difusión de la responsabilidad individual con especial dedicación a la salud y la alimentación saludable. La Fundación cuenta con la comunidad web www.soyresponsable.es, que cuenta con 4,5 millones de páginas vistas desde más de 100 países
Para completar la labor en el mundo virtual pusimos en marcha un proyecto dirigido al mundo real, y elegimos poner el foco en la enfermedad y los pacientes atendidos en hospitales. A todos nos une la enfermedad, todos somos enfermos alguna vez en la vida, y además, hay muchas personas en situación de vulnerabilidad que ven agravado su estado cuando enferman.
Vimos que organizar microconciertos participativos podía ser una forma de ayudar a los pacientes durante su estancia en el hospital o centro sanitario.
Más de 800 personas se han inscrito ya como músicos voluntarios, una cifra que aún nos parece increíble. La avalancha de voluntarios ha sido tal que ha sobrepasado con mucho el número de microconciertos programados en hospitales adheridos.
Cuando alguien decide apuntarse como voluntario, desde la fundación contactamos con la persona, le explicamos el proyecto en detalle e intentamos conocerle para ver si encaja, dándole una pequeña formación para que tenga en cuenta las claves de realizar un microconcierto participativo en un hospital. No todas las personas reúnen las características que se requieren para cumplir nuestra función en un centro hospitalario. No es lo mismo tocar en una sala de conciertos o en una ópera que un espacio reducido junto a personas con enfermedades graves o muy avanzadas.
¿Y cuántos hospitales se han involucrado?
Nuestra iniciativa está implantada en casi una veintena de hospitales.
Además, acudimos a centros de mayores y, en la Comunidad Valenciana, donde ha nacido el proyecto, se han adherido ya los 44 centros públicos de este tipo. Con ellos la actividad alcanza a casi un centenar de centros de mayores en toda España-. En estos centros, las personas con Alzheimer suelen
protagonizar momentos muy emotivos ya que durante el microconcierto estos pacientes, algunos con graves pérdidas en el habla, participan cantando y reaccionando positivamente ante el estímulo. Las familias se emocionan muchísimo cuando ven a sus seres queridos como los recordaban antes de la enfermedad. Es muy gratificante.
Además, asistimos también a centros de colectivos desfavorecidos y colaboramos con Cruz Roja, en sus centros para niños con parálisis cerebral. Este verano también estaremos en el campamento de verano para niños con cáncer de la AECC.
¿En qué consisten los microconciertos?
Normalmente, hay un músico (músico titular) que acude siempre al mismo centro hospitalario. Músicos por la Salud va más allá de interpretar canciones.
Busca la interacción y participación con los pacientes, que sientan que estamos allí por ellos, que tocamos para los pacientes. Buscamos la complicidad con el paciente, atendemos las peticiones in situ, tenemos carteles en los accesos a los distintos servicios donde los pacientes, acompañantes y personal, pueden “encargarnos” las canciones que traeremos en la próxima visita.
El objetivo es conseguir la máxima empatía, ser capaces de crear un vínculo especial con las personas. Por este motivo, siempre buscamos que el músico repita en un mismo centro, de cara a fortalecer las relaciones humanas y la implicación en la recuperación de los enfermos.
Para abrir el centro a los colectivos musicales y culturales del entorno, está abierta la participación esporádica de músicos invitados.
¿Con qué frecuencia acudís a los hospitales?
La frecuencia se adapta a las necesidades y condiciones de cada hospital variando entre visitas quincenales (centros de mayores), semanales o incluso tenemos centros que nos ha solicitado acudir varios días en sesiones de mañana y tarde. Por ejemplo, tras una prueba piloto, acudiremos al Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Madrid todos los días, mañanas y tardes a partir de septiembre. Los microconciertos se realizarán en las áreas de Psiquiatría, Oncología, Hemodiálisis y Extracciones, e iremos ampliando a otros servicios gradualmente.
¿Cuáles son las impresiones de los pacientes tras los microconciertos?
Recibimos comentarios y opiniones muy positivos, no sólo de los pacientes, sino también de los familiares y de los propios trabajadores del centro. Cada hospital tiene su propio libro de firmas, que recoge las impresiones de pacientes, acompañantes y personal.
Uno de las anécdotas que más nos ha emocionado es que los pacientes del servicio de hospital de día oncología de centro nos habían bautizado como “los canarios”, debido a que el día que, en su sesión de quimioterapia coincidían con nosotros sentían “que era la sesión en Canarias, porque parecía que duraba una hora menos”.
También recibimos muchos agradecimientos de los familiares que, de repente, ven a su padre, esposa, marido o hermano, sonreír o cantar alguna canción.
Acabáis de recibir el premio a la Contribución Solidaria en Oncología de la Fundación ECO (Excelencia y la Calidad de la Oncología). ¿Cómo valoráis este reconocimiento?
Es un gran impulso para seguir trabajando en este proyecto recibir el reconocimiento de los más prestigiosos oncólogos del país y del resto de profesionales sanitarios. Premios como este nos anima aún más a ampliar nuestra labor a un mayor número de hospitales.
El caso de Rocío es uno de los más entrañables desde la puesta en marcha del proyecto. ¿Cómo se produjo?
Ha sido quizá el caso más emotivo y extremo que hemos vivido. Estábamos en la UCI del Hospital Clínico de Valencia, realizando un microconcierto. Al terminar, el equipo sanitario nos pidió que entráramos al box de Rocío, una chica de 28 años que llevaba tres semanas en coma vigil. Un violín y un clarinete comenzaron a sonar en su box, y, a los tres minutos, Rocío reaccionó, comenzó a mover brazos y piernas. A los dos días, Rocío fue trasladada a planta y hoy continúa su rehabilitación en otro hospital. Como también colaboramos que ese hospital, desde aquel día todas las semanas hemos seguido visitándola, compartiendo sus progresos. Jamás olvidaremos aquel día antes de Navidad. Nuestra ilusión recibió el mejor de los regalos.
Hermosa labor! La música trasciende más allá de lo que la ciencia pueda explicar! Saludos desde México.
Hola, excelente ejemplo!. La verdad es que la música atraviesa fronteras y el caso de la salud no es la excepción. Mi experiencia ha sido con mi madre quien padece de Alzheimer en estado avanzado y cuando escucha la música de su época, inclusive vals y música para bailar, no deja de moverse y llevar el ritmo.
De verdad que la música es una forma muy especial para transmitir y despertar emociones.
Saludos.