Dicen que emprender es bueno para la salud. Pero es que además, ¡la salud es un buen campo para emprender! Este sector es uno de los que mayor crecimiento está experimentando con las nuevas tecnologías. Innovar en salud se ha convertido en una oportunidad latente. Se trata de un área económica con un enorme potencial y con cientos de posibilidades de negocio al alza para invertir y crear.
Puede parecer arriesgado, pero la sanidad es un sector al que los inversores no dan la espalda y cuenta con poderosos argumentos para hacerlo, por ejemplo:
- El envejecimiento de las poblaciones y la mayor esperanza de vida están favoreciendo el incremento del gasto sanitario como proporción del PIB.
- La incidencia de enfermedades crónicas está aumentando en todo el mundo debido a varios factores. Las personas viven más años como consecuencia de mejores tratamientos, lo que a su vez, estimula aún más la demanda de cuidados médicos.
Hay que tener en cuenta que emprender en el ámbito sanitario es muy distinto a hacerlo en otros. Para empezar, los tiempos de desarrollo suelen ser más largos porque se necesitan cumplir ciertas fases. La confianza, la garantía de seguridad y la eficacia son esenciales para que cualquier idea en este ámbito llegue a tener recorrido y éxito.
Los proyectos en el sector sanitario se mueven en varios campos:
- Las aplicaciones. Un buen ejemplo son las apps que ayudan a medir diferentes aspectos de la salud, así como aquellas que permiten comunicarse con los servicios sanitarios para pedir una cita médica o las que aconsejan una dieta específica en función de las características fisiológicas.
- También hay innovadores que se lanzan a crear equipamientos médicos y otros que ven grandes posibilidades en el comercio electrónico de farmacia y parafarmacia.
- Y por último, no podemos dejar de mencionar las múltiples posibilidades que ofrece el internet de las cosas (IOT) en el sector salud. El IOT es un sistema que prevé que cada cosa u objeto esté identificado con un número que le permita conectarse a internet y recoger los datos que emite de forma individualizada. Cualquier cosa, animal o persona, puede disponer de este identificador único y, a través de un dispositivo, conectarse a una base de datos donde se vuelque la información pertinente.
Y uno de los mayores avances relacionados con el internet de las cosas en salud es el de los wearables. A través de dispositivos “llevables” se pueden integrar aplicaciones que permitan medir diferentes cuestiones (ritmo de corazón, tensión arterial, glucosa…).
En resumen, hablamos de uno de los motores más importantes para el desarrollo social y económico de la sociedad, con cientos de posibilidades para invertir e innovar. ¿Alguna idea en mente?
Artículo escrito por la aceleradora tecnológica del sector socio-sanitario Senda Startup.