La metodología LEAN aplicada al sector sanitario

Hacer más con menos. Este es el principio básico de la metodología LEAN, un modelo de gestión enfocado hacia el “cliente” que promueve una organización más eficiente con los mínimos recursos posibles. En los últimos años este método se ha popularizado en distintos sectores llegando al de la Sanidad, donde se acuñó bajo el terminó de Lean Healthcare. Para que se entienda, el término “Lean” viene de su significado en inglés cuya traducción es “delgado” o “ajustado”, algo que sirve para hacer referencia a este método basado en eliminar todo aquello que no aporta valor en la obtención de un resultado. Hoy desgranamos cuáles son las características principales de la metodología LEAN aplicada a la sanidad.

¿Qué es la pérdida de valor en la gestión de procesos sanitarios?

A continuación nombramos algunos de los procesos del sector sanitario que en la metodología LEAN se entienden como despilfarros:

• Los tiempos de espera: Por lo general suelen ser un lastre en cualquier tipo de proceso, pero en el caso de la Sanidad son uno de los mayores condicionantes a la hora de evaluar la calidad de un resultado. Reducir los tiempos de espera es uno de los principales objetivos de cualquier entidad sanitaria.
• Exceso de procedimientos: Como su propio nombre indica, hace referencia al exceso de procesos que a menudo son poco relevantes e implican pérdida de tiempo.
• Inventario: El inventario suele ser otro de los grandes procesos donde a menudo se pierde valor; hablamos de material innecesario, falta de stock, pedidos en espera o incluso material sobrante.
• Transporte: Desde el transporte de medicamentos o de material sanitario para el abastecimiento de los almacenes de enfermería, hasta el transporte de muestras o personas.
• Movimiento: Quienes más sufren este “despilfarro” son los profesionales sanitarios encargados de atender a pacientes en pasillos o plantas distintas y que ven alterado su trabajo por una mala organización.
• Sobreproducción: La sobreproducción está considerada uno de los peores despilfarros ya que a su vez genera otros procesos como los anteriormente citados. En el caso de la Sanidad lo encontramos cuando se produce un abastecimiento excesivo antes de que exista necesidad real.
• Defectos: Son los errores cometidos en cualquiera de las prácticas que se puede dar en un hospital o centro sanitario. Son por el ejemplo los errores en un diagnóstico, duplicidad de muestras o fallos en identificación.

En algunas ocasiones también podemos entender como despilfarro la infrautilización del talento. Esto sucede cuando una persona está sobre cualificada para realizar una acción determinada, o al contrario, cuando por falta de formación o conocimientos un profesional se enfrenta a una situación que no domina.

Metodología LEAN aplicada a la sanidad. Pautas para su implementación

La metodología LEAN aplicada a la sanidad implica un cambio de filosofía y entraña, por definición, un proceso largo donde se deben adaptar multitud de cambios, pero que son necesarios con el fin de optimizar la atención al paciente. Para conseguir poner en el foco las necesidades del usuario y la excelencia en el servicio es necesario seguir una serie de pasos. Estos son asimilables a aquellos que se tomarían en una fábrica o línea de producción, entorno para el cual fue concebido el sistema LEAN.

Para adaptar el funcionamiento de un centro de salud u hospital a la metodología LEAN es necesario tener en cuenta que en ningún momento debe perderse el objetivo de dar un servicio público de calidad y acorde al juramento hipocrático. Sobre esta base, son cinco los principios sobre los que se asienta la transformación.

1. Identificar a los usuarios y las percepciones de valor añadido: En un entorno sanitario cada paciente o visitante presentará unas necesidades y valorará positivamente ciertos servicios. El primer paso para identificar los puntos de posible optimización del servicio es el estudio de las necesidades de cada usuario y la atribución de un marcador de valor añadido. Una vez conocemos las posibilidades sobre las que se puede trabajar, es posible decidir dónde y cómo implementar las mejoras.
2. Identificación del mapa de transmisión de valor: El trabajo diario en un hospital o centro de salud está marcado por unos procesos fijos que se llevana cabo siempre del mismo modo. Un análisis en detalle de los puntos de fricción y las actividades ineficientes nos permite dar forma a la cadena de valor. Esta es una herramienta clave para detectar problemas e ineficiencias en cada fase. Una vez trazada también surge el espacio para las oportunidades en las cuáles aportar valor.
3. Crear flujos eliminando los despilfarros: La aplicación de una gestión logística eficaz es clave para eliminar el desperdicio de recursos, sean estos humanos o materiales. El centro debe funcionar como un ente completo que cuenta con secciones autónomas pero interrelacionadas. El control de stock, de acceso a zonas y materiales, de deambulación… todos ellos son campos con potencial para ser mejorados.
4. Organización basada en el paciente: El paciente se convierte en el centro. La aplicación de los cuatro puntos anteriores permite focalizar el servicio en el usuario y reducir duplicidades, demoras e, incluso, ejecuciones perjudiciales derivadas del manejo de medicamentos.
5. Mejora continua: El objetivo de la metodología LEAN aplicada a la sanidad es la mejora continua. Esto implica que cada acción llevada a cabo para eliminar un punto de fricción o ineficiencia colaborará de forma efectiva en un proceso a largo plazo. El principio que define a este método es el de avanzar siempre hacia la eficiencia del conjunto mediante acciones individuales. El hospital, de nuevo, se convierte en un todo y, por lo tanto, las acciones llevadas a cabo en un departamento influirán en los resultados de otra área de atención sanitaria.

¿Tienes alguna duda sobre cómo aplicar la metodología LEAN a la gestión sanitaria? Déjanos un comentario y te la resolveremos encantados.