La transformación digital ha dado un vuelco sustancial a la forma de gestionar los recursos profesionales de la atención sanitaria. El presente y futuro inmediato de la medicina pasa por sacar el máximo provecho a la innovación tecnológica, que permite tratamientos mucho más personalizados y una notable mejora en la calidad de vida de los pacientes. En este contexto cobran especial importancia los últimos avances que se están llevando a cabo en el campo del big data con la digitalización de las técnicas de imagen, un arma potente para combatir graves enfermedades. Por ejemplo, la tecnología contra el cáncer resulta clave para actuar de forma rápida y precisa.
Pero ¿qué novedades se están trabajando ahora con las nuevas tecnologías para aportar soluciones desde la gestión sanitaria para los tratamientos contra el cáncer? Las respuestas las tenemos en la anatomía patológica computacional, que se revela como la puerta de acceso a la nueva medicina personalizada del siglo XXI.
La anatomía patológica computacional
La revolución viene de la mano de Philips, una de las empresas tecnológicas más punteras del mundo, que en colaboración con el laboratorio LabPON ha creado una gran base de datos digital de conjuntos de imágenes de tejidos anotadas. ¿En qué consiste este proyecto? Pues se trata de una herramienta que proporciona a los patólogos una gran cantidad de información clínica para el desarrollo de algoritmos de análisis de imágenes. Traducido: un conjunto de programas informáticos avanzados que, de forma automática, analizan pormenorizadamente imágenes de tejidos en detalle.
Las herramientas de gestión de recogida de datos garantizan un ahorro en los costes sanitarios, al tiempo que permiten mejores opciones terapéuticas. La tecnología contra el cáncer a través de la digitalización de la imagen contribuye a identificar minuciosamente las células tumorales, lo que aporta máximas garantías para trabajar con una mayor perspectiva en las técnicas empleadas para frenar a tiempo la metástasis.
La dinámica consiste en un sistema que se estructura con un trabajo multidisciplinar en red, escáneres de carga continua altamente automatizados e intuitivos que generan imágenes de alta calidad, así como un software de gestión que ayuda a acelerar el flujo del trabajo en el sector sanitario para que las muestras de los tejidos que se examinan estén siempre al alcance del área específica que se encarga del diagnóstico y el tratamiento oncológico, todo sin límites de localización.
Con la digitalización de la anatomía patológica se evita la necesidad de compartir muestras físicas, de modo que esto hace más sencilla la política logística, ya que se suprimen los costes de envío y plazos de transporte. En definitiva, más optimización de los recursos sanitarios y algo vital en el tratamiento del cáncer: una mejora en el tiempo de la espera diagnóstica.
La tecnología, una vez más, como actor protagonista de la atención médica y la gestión sanitaria, una aliada de los centros hospitalarios, de los profesionales médicos y un factor determinante para prolongar la vida.
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