El verano ya ha empezado, y con él, la temporada de playa y piscina, o lo que es igual: la exposición continuada de nuestra piel al sol. Por ello, protegernos de la radiación ultravioleta debe ser una prioridad, ya que ésta puede provocar graves daños en nuestra piel. Si quieres saber cómo cuidar tu piel en temporada estival y elegir el mejor protector solar, sigue leyendo.
En muchas ocasiones creemos que bañar en crema nuestra piel para evitar los rayos ultravioletas es suficiente, pero desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) diferencian entre tres tipos de fotoprotección:
- La fotoprotección física: son todos aquellos elementos que actúan como barreras entre el sol y la persona. Pueden ser sombreros o gafas de sol, ya que impiden el paso de parte de las radiaciones ultravioleta B (UVB).
- La fotoprotección biológica: son nuestras propias defensas que generamos frente al sol, como por ejemplo el bronceado, que se produce al activarse la producción de melanina.
- La fotoprotección química: son lo que conocemos como protectores o cremas solares, que aplicados sobre la piel la protegen de los efectos perjudiciales de las radiaciones ultravioleta.
Esta última suele ser la que más quebraderos de cabeza nos da. ¿Qué crema utilizo? ¿Cómo me la aplico? ¿Con qué frecuencia? De hecho… ¿Cuánto sabes realmente de protección solar? La AECC nos propone un test para medir nuestros conocimientos sobre el tema aquí.
Si lo has hecho… ¿Eres un megamáster solar? ¿tienes que afinar? O… ¿estás más perdido que el ombligo de Adán? Si eres más de los últimos que los primeros… te conviene seguir leyendo este post, y evitar un susto este verano. Y si no, seguro que aprendes algún tip nuevo.
¿Cómo elijo mi protector solar?
Existen dos criterios esenciales para elegir nuestro protector solar. En primer lugar el fototipo, que es el perfil de la persona que define cómo va a responder esta frente a la exposición al sol. Y en segundo lugar, el factor de protección solar, que determina la eficacia y adecuación de una crema a nuestro tipo de piel en función de la cantidad de tiempo que ésta pueda protegerse a sí misma.
Pero… empecemos por el fototipo. Según los dermatólogos, existen seis fototipos principales:
- Fototipo I: personas con la piel muy clara, con pecas, ojos azules, pelirrojos… Tienden a quemarse con facilidad, nunca se broncean y son muy sensibles al sol.
- Fototipo II: personas de piel blanca, con pecas, pelo rubio, ojos azules… También se pueden quemar fácilmente y a penas se broncean.
- Fototipo III: personas con la piel blanca, con los colores de ojos azul, verde, miel o castaño y el pelo de diferentes tonalidades. Tiende a quemarse y se broncea de forma moderada.
- Fototipo IV: personas con la piel ligeramente amarronada y, pelo y ojos oscuros. Tienen muy poca tendencia a quemarse y se broncean con facilidad y de inmediato al exponerse al sol.
- Fototipo V: personas con la piel oscura. Es extraño que se quemen, se broncean con facilidad y rápidamente, al exponerse al sol.
- Fototipo VI: personas con la piel de color negro. No se queman nunca y se pigmentan de manera inmediata.
Cuanto menor sea tu fototipo de piel mayor será la protección solar que necesites. Los factores de protección solar, por su parte, varían desde el número 5 hasta incluso el 100. Pero lo más utilizados son los el 15, el 30 y el 50, y aunque existen factores de protección superiores, la realidad es que no ofrecen más protección que el factor 50.
Por estos motivos, no existe un factor de protección exacto e invariable, sino que este dependerá de cuánto tiempo quieres estar expuesto al sol, cuál es tu tipo de piel, dónde te vas a exponer al sol y cuándo te vas a exponer al sol. Sin embargo, los expertos recomiendan utilizar el factor de protección máximo.
Lo que si podemos conocer es cuánto tiempo podemos estar protegidos al sol con una fórmula muy sencilla, que os mostramos en la siguiente infografía.
Infografía de elaboración propia.
Como es lógico, esta fórmula no es exacta, ya que durante nuestra exposición al sol hay otros factores que entran en juego, como el lugar en el que nos exponemos a la radiación, la hora del día, o el momento del año. Pero cuanto mayor sea el factor de protección solar de tu crema, mayor será el tiempo que estarás protegido frente al sol.
¿Cómo aplicarnos el protector solar de una manera correcta?
Indiferentemente de en qué formato nos apliquemos el protector solar (crema, aceite, spray…), debemos aplicarlo antes de salir de casa. En cuánto a la cantidad que utilizar, debemos ser generosos y utilizar aproximadamente unos 35ml en cada aplicación.
Además, debemos de tener en cuenta que nuestra crema sea resistente al agua. Si esta lo es, hay que tener en cuenta que tras dos baños nuestra crema reduce al 50% su nivel de protección, y por tanto, debemos aplicar de nuevo cuando sea necesario. Si por el contrario nuestra crema no es water resistant, debemos aplicarnos la crema de nuevo tras cada chapuzón.
Pero el agua no es el único factor que puede alterar nuestra protección, ya que el sudor, por ejemplo, también contribuye a que esta desaparezca. Por ello, es recomendable aplicar nuestro protector solar cada dos horas sin excepción, ya que eso no supone aumentar el nivel de protección, sino mantenerlo.
Esperamos que estos consejos os hayan sido útiles. Si queréis, podéis dejarnos en comentarios vuestros conocimientos en esta materia y si estos han mejorado tras la lectura de nuestro artículo. ¡Ah! Y no olvidéis contarnos cuántos minutos estaréis protegidos del sol con vuestra crema favorita, utilizando la fórmula que os hemos presentado.