Festejos, comida rápida, descontrol horario… los excesos del verano afectan también a los más pequeños de la casa, que este mes de septiembre afrontan la vuelta al cole. Para prepararlos para esta nueva etapa, que requiere una dosis extra de energía tras el descanso estival, se pueden poner en práctica unas pautas sencillas. A ellos, al igual que los adultos, también les afecta el síndrome posvacacional y está en nuestras manos facilitar el regreso a la rutina.
Ajustar progresivamente la hora de irse a dormir. Los niños en edad escolar precisan dormir unas diez horas diarias, lo que incrementa su capacidad de concentración y reduce los problemas de comportamiento.
Incluir frutas y verduras en la mesa, siempre, aunque no les gusten. Servirlas de una forma diferente o divertida puede ayudar a que se animen a probar determinados productos, también en el desayuno y las meriendas que se llevan al colegio, en las que se deberían evitar los zumos, bollería y alimentos de bajo aporte nutricional.
Organizar horarios y establecer rutinas a la hora de comer. Es importante tratar de sacar tiempo para comer en familia y fundamental hacerlo sin una pantalla delante (ni móviles ni televisor). Si no es posible hacerlo al mediodía, buscar un hueco en la cena.
Limitar el tiempo delante de las pantallas. No es aconsejable que los niños de más de dos años pasen más de dos horas al día delante de un móvil, tableta o televisor.
Involucrar a los niños en las tareas domésticas, desde ir a la compra hasta la preparación de los alimentos y hábitos como poner la mesa, vestirse solos o hacer las camas en los que pueden colaborar desde etapas tempranas.
Organizar una zona de estudio. Reservar una zona tranquila en la casa con una silla y una mesa cómodas para que los niños puedan hacer sus deberes, dejar sus mochilas y tener sus lápices y bolígrafos organizados.
Cuidar la higiene. Lavarse las manos antes de cada comida o cepillarse los dientes deberían ser prácticas rutinarias.
Fomentar la práctica del deporte. Los expertos aconsejan que los niños destinen al menos 60 minutos al día a algún ejercicio. Ir andando al cole o hacerlo en bicicleta puede ser un buen complemento de actividades relacionadas con el deporte.
Por último, y lo más importante, dar ejemplo. Los niños adoptan los hábitos y costumbres de quienes les rodean por lo que los padres deben ser un buen modelo a seguir para ellos.